jueves, 3 de septiembre de 2009

LOS MAESTROS DE LA REVOLUCIÒN (1910-1919)

ALBERTO ARNAUT

¡EN PIE DE LUCHA, LA LUCHA SIGUE Y SIGUE! Es una de las frases que actualmente maestros, líderes sindicales y estudiantes normalistas proclaman con frecuencia en los diversos movimientos magisteriales. Actualmente vivimos en una época donde la globalización hace cambiar la ideología, el entorno social y cultural de la humanidad, es por esto que surgen movimientos en los que se defienden intereses que afectan a los diferentes sectores de la sociedad.
Si retrocedemos el tiempo…para dar una mirada a 100 años atrás podemos encontrarnos con una infinidad de acontecimientos, pero una de las más importantes fueron los “maestros de la revolución”. En aquella épocas gracias al movimiento armado se interrumpe el proyecto educativo porfiriano, particularmente a lo que se refiere a la centralización de la enseñanza primaria y a los esfuerzos que pretendían homogeneizar al magisterio mediante la unificación de los planes de estudio en la enseñanza normal. ¿Qué pasaría al llevarse acabo estos proyectos? Quizás la educación no alcanzaría las expectativas propuestas, ya que vivimos en un país con una diversidad cultural donde la sociedad responde de diferente manera, entonces los estudiantes normalistas no estarían preparados para cubrir la necesidad en diferentes puntos de nuestro país, ya que los planes y programas serían igual para todos.

En la época de la revolución el auge de los maestros fue significativo y controversial, al igual que la participación del resto de los empleados públicos, muchos de los profesores fueron presa importante para formar parte de la política, pero esto trajo consigo serios inconvenientes, debido a que algunos fueron retrasados temporal o indefinidamente de sus sueldos y otros ocuparon un lugar muy importante dentro de la política.

Gracias a la revolución mexicana, se reforzó en un corto plazo la antigua resistencia de los estados para ceder parcial o totalmente sus sistemas locales al gobierno federal, ante este echo uno de los baluartes más importantes fueron las escuelas normales ya que resistieron contra los proyectos federales para uniformar y centralizar los sistemas escolares de educación primaria de los estados. En este periodo de lucha también hubo cambios de continuidad y cambios en la profesión docente; en cuanto a su estratificación hubo profesores titulados normalistas y no normalistas; profesores titulados por los gobiernos de los estados y por los ayuntamientos y profesores sin títulos.

Hoy en día las cosas han cambiado, la educación en algunos aspectos ha evolucionando, la implementación de nuevas asignaturas en las escuelas se han reformado, ya sea para bien o para mal, a los maestros de los diferentes niveles educativos se les exige actualizarse y a los profesores de normales contar como mínimo una maestría. Actualmente las nuevas tecnologías han desplazado a los viejos maestro y han obligado a prepararse continuamente.

Posteriormente surgió la incógnita ¿de quien era ese territorio indeciso que quedaba entre la educación elemental y superior? ¿Quién iba a dirigirlo? ¿Dónde se iban a formar los profesores de educación media? ¿En la universidad o en la normal?, estas eran las interrogantes más sonadas entre normalistas y universitarios. Actualmente, en las normales egresan alumnos con una formación para la enseñanza en el nivel primaria, mientras que los jóvenes universitarios son formados con la finalidad de trabajar en empresas públicas y privadas, en universidades o como docentes en el nivel medio superior…muchos dudas acechan a este último, ya que la mayoría de los jóvenes universitarios buscan la docencia como segunda opción la mayoría resignándose esto por la falta de empleo. Por tal razón podemos encontrar a ingenieros, abogados, contadores, etc. Impartiendo clases en las escuelas de nivel medio superior (COBAO, CBTIS, CBTA, etc).

Los logros alcanzados durante la revolución fueron muchos, pero uno de los más importantes fue que abrió al magisterio mayor participación para arribar a posiciones políticas que prácticamente tenían vedadas hasta 1910; por ejemplo el acceso a los puestos gubernamentales y de representación popular.

Ante esta situación, quisiera haber vivido en aquella época y ser uno de los personajes más importantes que dejó huella en la educación de México para formar parte de la “historia como recuerdo del pasado”.

2 comentarios:

  1. Hola Fausto: muy interesante tu reflexión, tus hipótesis dan pie a profundizar en el análisis del tema y algo muy importante no es necesario que quieras vivir el pasado, tienes todo el presente y futuro prometedor para constituirte en un personaje histórico, sólo es cuestión de querer.
    Una felicitación y espero que continúes en la misma línea tus próximos textos.

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