sábado, 5 de septiembre de 2009

LoS NùMeRoS FaVoReCeN a Las MiNoRìAs

(Bazant, Milada)
Para entender mejor este tema voy a hacer mención acerca de los primeros pasos de la educación en México, esta dio inicio desde la perspectiva de la enseñanza religiosa; sobre el esfuerzo desplegado por los evangelizadores de estas latitudes, se yuxtapondría después el de la civilización ilustrada de los amplios sectores de la población mexicana, que es el ambiente en el que la escuela básica construye los rasgos que la definen como tal y en el que adquiere un lugar privilegiado en la vida de la sociedad. Puede decirse que en el transcurso del siglo XIX la escuela de primeras letras transita, grosso modo, de las imágenes desordenadas, caóticas, irregulares y ruidosas de la vida escolar, a las de una escuela dominada por el trabajo, el silencio y el orden, que quiere tener cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa...
Los cambios se sucedieron de manera lenta, casi imperceptible, no exentos de fracturas, de resistencias, de contradicciones y de consecuencias. Sin embargo, la escuela básica del Porfiriato finalmente logró asumir que su tarea, más que instruir, era educar. Laubscher y Rébsamen, Ildefonso Estrada, primero; más adelante Justo Sierra y Ezequiel A. Chávez, coincidirían en que la tarea más importante de la escuela era incidir en el desarrollo integral y armónico del niño; esto es, en el desenvolvimiento de sus aspectos físico, intelectual, moral y estético.
En la época conocida como el Porfiriato se inicia con una restructuración de la educación en México, como sabemos, nuestro país en el siglo XIX se encontraba en completo abandono, es decir la mayoría de la población era analfabeta, por lo que Porfirio Díaz, intenta alfabetizarlos con el establecimiento de escuelas rurales, urbanas, de tercera clase, mixtas, etc., así también se hace el esfuerzo para que las haciendas y rancherías implementen sus escuelas y eduquen a los hijos de campesinos que vivían y trabajaban en ese lugar.
En esta época, el crecimiento de las escuelas rurales creció aceleradamente, ya que muchos estados de la república como Tamaulipas dieron prioridad a las escuelas rurales y destinaban un porcentaje económico para fomentar la educación primaria de sus pueblos. Conforme transcurría el tiempo la sociedad se iba incrementando, así que se instruyeron las escuelas rurales atendidas por maestro ambulantes.
En otras entidades como Coahuila, la colaboración de muchos particulares se vio reflejada en la construcción de escuelas en ranchos y haciendas, sin presión oficial alguna, debido a que las legislaciones estatales exigían que si estas estuviesen a más de tres kilómetros de distancias de algún centro escolar debían establecer sus propio planteles, por lo que después se determinó que en cada colectividad de 500 habitantes debían crear una escuela de niñas y otras de niños y si esto no fuese posible, una mixta por cada 500 habitantes. En el caso de de poblaciones de menos de 200 habitantes y situadas a más de tres kilómetros de algún centro escolar, se establecería la enseñanza elemental por medio de maestros ambulantes.
Hoy en día podemos darnos cuenta que las cosas han cambiado, quizá… no mucho pero…se ha transformado la educación primaria con la implementación de escuelas de organización completa, incompleta, con maestros tridocentes, bidocentes o escuelas unitarias y se han creado organismos como El Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) con la finalidad de instruir a las comunidades más pobres, marginadas y alejadas del país. Son seis los años que un niño debe formarse en el nivel primaria con el objetivo de desarrollar destrezas, habilidades y actitudes para su vida futura, ya que antes la enseñanza era de dos a cuatro años y nada más se enseñaba a leer, escribir y contar. Ante esto surgieron opiniones de ideólogos del Porfiriato como Francisco Cosmes él pensaba que la instrucción obligatoria era inútil porque de nada servía al indígena saber leer y escribir, por otra parte Emilio Rabasa expresó que antes de enseñarle a leer al indio era necesario liberarlo de sus propias miserias. Aún así Justo Sierra pensaba que la educación por sí misma sería suficiente para integrar al indio a la sociedad y mitigar las desigualdades sociales, aparte de leer, escribir y contar, era necesario enseñar también a pensar y sentir; de esta manera se pretendía educar al indio en base a su desarrollo moral y físico.
Cabe mencionar que el auge ferrocarrilero, así como la inmigración que atrajo capitales y fomentó la industria y el comercio, unidos a la escasísima población indígena, fueron factores decisivos para el programa educativo en entidades del norte del pais, por lo que la población indígena se consideró como un obstáculo para los programas educativos ya que siempre existió la polémica de que si era mejor integrarlos o educarlos en sus propios idioma, por tal motivo, no es coincidencia que los estados con mayor población indígena como Guerrero, Oaxaca y Chiapas hayan sido los menos alfabetizados, mientras que los estados del norte tales como Sonora, Coahuila, Nuevo León, etc.,alcanzaron índices altos de alfabetización. Esta situación es marcada en nuestros tiempos pero, ¿Cuál es la razón por que siempre los estados del norte tienen un mayor índice de alfabetización, así también como un mejor nivel de vida? Muchas pueden ser las respuestas a esta pregunta, una de las principales es quizás el gran empeño y la preocupación que los gobernantes para el desarrollo de sus habitantes proporcionando así mayores recursos económicos para la educación.

En la época del Porfiriato la preocupación por mejor la educación fue significativa, EDUCAR, TAREA COLECTIVA, sería uno de los abrojos a realizarse, por lo que el número de escuelas privadas y del clero era muy inferior al de las oficiales y, de las primeras las privadas superaban en mucho a la segunda. En 1908, el 20% de las escuelas particulares. Frente a la enorme escasez de escuelas y a la pobreza de los recursos, el estado porfirista motivo a los particulares, ofreciéndoles útiles y textos escolares, para que abrieran planteles educativos sujetándose a las normas y programas educativos establecidas por el gobierno. Cabe mencionar que las escuelas particulares durante el Porfiriato ni era tan buena como las oficiales ni tenia tanta demanda
Este será el legado del siglo XIX a la escuela primaria de la Revolución Mexicana, pero también le hereda los déficit que, a pesar de grandes esfuerzos, no había logrado superar del todo, tales como la insuficiente atención a la vasta y compleja tarea de la educación indígena y de la escuela rural, que los maestros revolucionarios asumirán como bandera. Por lo que puedo considerar a la etapa del Porfiriato como bueno, con respecto al apoyo que se le brindó a la educación durante su gobierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario